El exiguo Jefe de Gobierno del Detrito Federal (México DF), señor Marcelo Ebrard, ha anunciado el día de hoy que se va a construir la línea 12 del metro (de Tláhuac a Av. Revolución) que, con 24 Km de longitud, deberá quedar terminada en septiembre de 2010, “como parte de los festejos del bicentenario” (sic). ¿Se necesita la línea 12 del metro? Sin duda. ¿Dónde está el error en todo esto?
Nuestras populistas administraciones perredistas de la ciudad llevan la friolera de ¡7 años! sin hacerle nada al metro, sin construirle ni un metro al metro, y ahora vienen a vendernos que esta decisión es una genialidad y que debemos estar agradecidos por tanta generosidad de su parte; o sea, la idiotez de no hacer nada (porque los túneles bajo tierra no se ven y urgía mucho el dinero para hacer segundos pisos) se convierte en prenda de honor cuando por fin se toma la decisión de poner el dinero donde debe ser y aprovechando el viaje lo hacemos parte de la parranda del bicentenario con lo cual debemos de estar doblemente agradecidos (aplausos). No sé por qué todo esto me suena a inciensos y loas como las que había que echarle a Don Porfirio hace casi 100 años.
Pero ¿quieres leer cómo una idiotez se puede convertir en una genialidad? En abril pasado, la asamblea del DF propuso que se diseñe un “programa de emergencia” para lo que podría ser una catástrofe ya que el drenaje profundo ha perdido la pendiente necesaria para desaguar y la caca que debe de irse río abajo (como Dios y las leyes de la física mandan), podría regresarse y convertir al centro de la ciudad en un lago de mierda.
Guillermo Sheridan escribió en su blog lo siguiente: “El Sr. López Obrador prefirió gastarse miles de millones en otro tipo de vialidades. Son obras que se ven y se sienten, aéreas y monumentales, inaugurables y esplendentes. Pedantería de riquillo, optó por ponerle balcones de marmolina a la casa mientras los baños se desbordan. Se entiende: ¿cómo hacer campaña con un lago de mierda? Bien mirado, es hasta una inversión: cuando llegue la catástrofe, el Presidente se pondrá un traje de buzo, visitará el desastre, girará instrucciones, dirá que se trató de un complot y, entre la ovación popular, repartirá papel higiénico (con logo)”.
Ves, esa es la política de baratillo, el arte de cacarear las idioteces. La idiotez de no haber hecho nada en 12 años es ahora prenda de honor. Qué linda manera de tomarle el pelo a medio mundo.
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