jueves, 13 de septiembre de 2007

¿Senos, tetas , bubis o chichis?


Acabo de leer un artículo de Francisco Umbral escrito apenas el 23 de marzo de 2007. Es un artículo más bien ortopédico y banal sobre los senos; es más, tiene así, un título frío y seco: “Senos”. ¡Caracoles! y ¡Utas! combinados; a mi juicio, las chichis o tetas merecen más, mucho más, de plano lo merecen todo. Porque eso sí, si no’más les llamas senos, te quedas corto y entonces te pasa lo que dijo aquel a propósito de las relaciones sexuales: “si le dicen relación sexual, es que no la disfrutan”; y claro está que no la disfrutan porque la palabra correcta para disfrutarlo y sublimarlo es “coger”, lo canónigo y ortodoxo es el verbo coger y todo lo demás son innecesarios eufemismos y circunloquios porque uno no puede decirle a la nena amada o sin amar pero si a punto de convencer, “Willebalda ¿quisieras tener relaciones sexuales conmigo?”; eso es un estacazo en la maceta de la Wille que lo que espera es un escarceo y un cachondeo de altura que culmine desde luego con la cena de Pancho; por ello, es mucho mejor aquello de: “¿tons qué chaparrita, matamos el oso a puñaladas o qué?” o aquella otra frase lacónica pero elocuente que reza: “oye ¿prestas?”; o mejor aún la clásica que, ya sabemos, está tomada del lenguaje de los gatos: “amorcito ¿cogemos un ratón?”. Así pues, por estas mismas razones, a las chichis, tetas y bubis no se les puede llamar senos porque se corre el riesgo de caer en lo básico y salirse de la ortodoxia. La sonoridad, la elegancia, la resonancia, la plasticidad y el erotismo está en palabras como tetas, bubis o chichis. Imagínate un texto como “amor, me dejas ver tus senos”, suena absolutamente matemático, escolar y trigonométrico pero no romántico ni erótico; en cambio, si dices: “ mamacita, tienes unas tetas esplendorosas” o “tus bubis me alocan” o mejor aún “tus chichis diminutas de plano me electrizan” son frases que quizá te lleven a una célebre bofetada pero que la interfecta recordará por el resto de su vida y te las apreciará como si se las hubiera dicho Pedro Infante. Desde luego te dirán cínico, procaz y descarado pero te agradecerán mucho el uso de los vocablos correctos que despiertan la libido y encienden la humedad en el tzitzí.


Higinio Della Chi

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