El señor AMLO, que se dice amigo personal del señor Gabino Cué (precandidato del PRD-PAN al gobierno de Oaxaca), acaba de adornarse diciendo que no apoyará a su amigo el precandidato Cué en su lucha por la gubernatura de ese estado. Al preguntársele por qué, dijo que era una cuestión de principios (El Universal, 26 de enero de 2010). Al parecer, para el señor AMLO la susodicha alianza PRD–PAN para derrotar al PRI en Oaxaca es horrenda, nefasta e inadmisible porque “PRI y PAN son lo mismo y están en manos de la oligarquía”. Sus principios (los de AMLO) le permiten mandar al diablo las instituciones del país, violar la ley para ser jefe de gobierno del DF, no ser transparente en nada, agredir verbalmente a sus adversarios políticos (sic), aliarse y asociarse con personajes de la más dudosa reputación, engañar a millones inventando un fraude que no ha querido sustentar jurídicamente, etc. Es decir, sus principios si dan para eso pero no para la alianza PRD-PAN. Como dijo Marx (Groucho Marx, claro está): “esos son mis principios y si no les gustan, tengo otros”.
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