En los días recientes, la delincuencia organizada ha recurrido a una práctica por demás inusitada: el bloqueo de calles. Esto ha estado ocurriendo en Nuevo León, en particular, en las calles de Monterrey. Más allá de las razones, las causas y los efectos de esta práctica en otras partes del país, creo es necesario concentrarse en su posible aplicación en el Distrito Federal en donde la delincuencia organizada, si quiere hacer esto, sin duda llegará tarde a esta práctica ya que los cuatrocientos pueblos, el SME, el Peje y sus adelitas, el CEU, antorcha campesina, el PRI, Bejarano, Noroña, el SNTE, la CNTE, los maestros de Oaxaca y sobre todo una fila larga de administraciones de la ciudad del PRD y del PRI con la colaboración de los delegados panistas y la complicidad de los diputados federales y locales de todos los colores, han logrado que esta ciudad, sea, sin duda, el estacionamiento más grande del mundo. En el DF nada se puede bloquear porque ya todo ha sido bloqueado; láaaaastima Margarito les ganaron la primicia.
En Monterrey se requiere de la delincuencia organizada y la posible cooperación de la policía para llevar a cabo un bloqueo; en cambio, en el DF, se requiere solo de 5 amas de casa que no tienen agua desde antier, de los seis empleados de la Tlapalería “El corto circuito” que protestan porque no les dieron aguinaldo o de veinte estudiantes que desean apoyar a Evo.