
Apenas el 6 de julio pasado decía en este sitio lo acertado de la renuncia de Germán Martínez después de toneladas de bravuconadas, tonterías, enfrentamientos verbales y fracasos electorales; también manifestaba ahí la esperanza de que un nuevo dirigente fuera alguien más mesurado. No es así, César Nava da muestras claras de una ingenuidad que raya en la puerilidad, es hablantín, fatuo y absolutamente "penitente" (para decirlo con suavidad). Sus recientes declaraciones, que hicieron que se viniera abajo la propuesta del presupuesto de la federación para 2010, son solo un botón de muestra. Que equivocadas pueden ser nuestras esperanzas.
¿No habrá un mexicano capaz de conducir ese partido?
Es curioso ver como los políticos son adictos a los panteones; les encanta cavar sus propias tumbas. Mueren por la boca y la falta de sensatez (Ejemplos: AMLO, Calderón, Fox, Noroña, Madrazo, Nava).