Los disturbios no paran, todos los días hay mítines, reuniones callejeras y represiones con gases lacrimógenos. Los representantes del grupo inconforme y los representantes gubernamentales se reúnen todos los días en una comisión desde que el sol amanece hasta que San Juan baja el dedo pero nada de nada, no hay entendimiento, las posiciones son refractarias a toda propuesta del bando opuesto. En un alarde de incongruencia pueril la comisión decide llamar a las cosas por su nombre. Al salón de sesiones le llaman zahurda; al manipuleo, democracia; a la protesta incendiaria, opinión; a la componenda, concertación; al chantaje, persuasión; a la represión, contraargumento y al desmadre, pluralidad. En 24 horas todo se ha arreglado.
Higinio Della Chi
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