

Él le dijo: estoy hasta el tope de lo que me pasa, estoy hasta el gorro de tantas tonterías, ya no puedo más, ahora mismo me voy, me largo a vivir al siglo XII.
- ¿Ah si, y entonces yo qué hago? ¿Me quedo aquí? ¿Y tus hijos? ¿También los vas a dejar? Eres un sonso, un desobligado, siempre has sido un bueno para nada que nomás anda ahí de inútil, de bolasuelta, de yoloví, de nalgapronta y de candil de la calle. Si ya me lo decía mi mamá, “Elvira ese hombre no te conviene, tiene ideas muy raras, cualquier día te sale con que se larga” y claro, ya se cumplió el presagio de mi madre. Pero, ¿Cómo se te ocurre hacerme esto a mí que soy la hija de los Gutiérrez? ¿Qué crees que va a decir la gente? ¿Qué van a decir las Nuñez? Tú te largas a ese siglo y sin ni tan siquiera haber arreglado el tendedero ni haber lavado el patio que está lleno de las cacas de tu perro. Asssh de veras, pero si siempre es lo mismo contigo, que si no es una cosa es la otra, si no digo bien, tú y tu familia siempre han estado medio locos y ahora mira con lo que me sales con que te vas al siglo XII, si como no. ¿Y yo qué hago? ¿Me quedo aquí? ¿Me va a tocar como siempre todo lo de la casa? Y mientras claro tú allá tan campante en tu siglo XII. En lugar de que hagas cosas de provecho y veas por tu familia, cada día eres más un buenoparanada, un bocabierta y un sopenco; todavía ni siquiera has cambiado el foco del baño que lleva ya como quince días fundido; ¡ah! pero eso sí, echadote leyendo tus libros y tus revistas haciendo tus pinches apuntes y eso si, que nadie interrumpa al señor, al reyecito, al uyuyuy porque entonces si pone cara de fastidio y de circunstancia y jetas de víctima. ¿Y las cosas de la casa qué? ¿Y tu familia qué? No, pos muy bien gracias que se esperen, todo puede esperar menos tus cosas, esas sí, luego, luego; pero no fuera un foco de la casa de tu madre porque ahí si, “a ver mi mamita chula qué se le ofrece, qué necesita”; para eso si no hay pretextos que valgan; ah, y no fuera la idiota de la Susana esa que me cae tan gorda por creída y resbalosa la que te pidiera algo porque entonces si irías luego, luego; con un chasquido de sus dedos quedas a sus pies, te tiene siempre comiendo de su mano, en cambio aquí todo puede esperar, todo puede ser para mañana. Esta claro que nunca me has querido, siempre he sido una basura para ti, lo sucio, tu lavandera, tu gata, tu trapito de bajar la olla, tu tiliche, tu trebejo, eso es lo que he sido y mira que cómo me gustaría a mi también tener las agallas y los güevos para largarme al siglo XII y dejarte ahí botado como chicle viejo, como si nada, nomás pa’ver qué haces, qué cara pones, qué gestos haces, cómo te las arreglas, en qué problema te metes, a qué santo te...
- ¿Ah si, y entonces yo qué hago? ¿Me quedo aquí? ¿Y tus hijos? ¿También los vas a dejar? Eres un sonso, un desobligado, siempre has sido un bueno para nada que nomás anda ahí de inútil, de bolasuelta, de yoloví, de nalgapronta y de candil de la calle. Si ya me lo decía mi mamá, “Elvira ese hombre no te conviene, tiene ideas muy raras, cualquier día te sale con que se larga” y claro, ya se cumplió el presagio de mi madre. Pero, ¿Cómo se te ocurre hacerme esto a mí que soy la hija de los Gutiérrez? ¿Qué crees que va a decir la gente? ¿Qué van a decir las Nuñez? Tú te largas a ese siglo y sin ni tan siquiera haber arreglado el tendedero ni haber lavado el patio que está lleno de las cacas de tu perro. Asssh de veras, pero si siempre es lo mismo contigo, que si no es una cosa es la otra, si no digo bien, tú y tu familia siempre han estado medio locos y ahora mira con lo que me sales con que te vas al siglo XII, si como no. ¿Y yo qué hago? ¿Me quedo aquí? ¿Me va a tocar como siempre todo lo de la casa? Y mientras claro tú allá tan campante en tu siglo XII. En lugar de que hagas cosas de provecho y veas por tu familia, cada día eres más un buenoparanada, un bocabierta y un sopenco; todavía ni siquiera has cambiado el foco del baño que lleva ya como quince días fundido; ¡ah! pero eso sí, echadote leyendo tus libros y tus revistas haciendo tus pinches apuntes y eso si, que nadie interrumpa al señor, al reyecito, al uyuyuy porque entonces si pone cara de fastidio y de circunstancia y jetas de víctima. ¿Y las cosas de la casa qué? ¿Y tu familia qué? No, pos muy bien gracias que se esperen, todo puede esperar menos tus cosas, esas sí, luego, luego; pero no fuera un foco de la casa de tu madre porque ahí si, “a ver mi mamita chula qué se le ofrece, qué necesita”; para eso si no hay pretextos que valgan; ah, y no fuera la idiota de la Susana esa que me cae tan gorda por creída y resbalosa la que te pidiera algo porque entonces si irías luego, luego; con un chasquido de sus dedos quedas a sus pies, te tiene siempre comiendo de su mano, en cambio aquí todo puede esperar, todo puede ser para mañana. Esta claro que nunca me has querido, siempre he sido una basura para ti, lo sucio, tu lavandera, tu gata, tu trapito de bajar la olla, tu tiliche, tu trebejo, eso es lo que he sido y mira que cómo me gustaría a mi también tener las agallas y los güevos para largarme al siglo XII y dejarte ahí botado como chicle viejo, como si nada, nomás pa’ver qué haces, qué cara pones, qué gestos haces, cómo te las arreglas, en qué problema te metes, a qué santo te...
-Bueno, bueno, bueno, bueno, ya; está bien, me quedo.
Higinio Della Chi(Inspirado en un escrito de Enrique Anderson Imbert)